Es por ello que en estas líneas queremos denunciar la situación que han vivido las personas abajo firmantes durante el confinamiento en el Hostal Avenida de Andalucía de Sevilla, bajo la subcontrata del Ayuntamiento a las empresas: AOSSA, Fundación Atenea, Emvivesa, Grupo 5, UMIES, CECOP y COIS ANTARIS, que se sigue manteniendo en la actualidad por otras personas usuarias. Los servicios que se prestan en este hostal están pensados para dar asistencia, cobijo y condiciones de habitabilidad adecuadas a personas sin hogar, víctimas de violencia de género, inmigrantes y personas refugiadas entre otras, como parte de los servicios sociales ofrecidos por dicho Ayuntamiento. Sin embargo, las personas usuarias declaran haber sufrido malos tratos, condiciones infrahumanas de trabajo e higiene, intentos de asesinato, suicidio e incluso trata de personas. La experiencia que relatan las personas usuarias de dichos servicios queda por tanto muy lejos de ser una ayuda, provocando si cabe condiciones de mayor riesgo y exclusión social en ellas que las que ya soportaban. De hecho, muchas de las personas usuarias prefirieron volver a la calle y no utilizar dicho servicio para proteger su seguridad y su salud. En este escrito queremos poner de manifiesto la violación de derechos humanos que está permitiendo el Ayuntamiento de Sevilla a través de servicios ofrecidos bajo el paraguas del cumplimiento de objetivos para mejorar la situación de personas en condiciones de vulnerabilidad.
A continuación expondremos la violación de derechos humanos a la que se han expuesto algunas de las personas a través de sus testimonios y experiencias vividas para que entiendan por qué dichos servicios no pueden denominarse sociales, para que entiendan que la falta de medios y cuidado en este ámbito derivan en que en lugar de ayuda y asistencia se les ha llevado a sufrir mayores problemas de salud física y mental, a tal punto de tener que lamentar varios suicidios.
* 1. Vulneración de derechos laborales
Algunas de las personas que llegaron al hostal en condiciones de vulnerabilidad declaran que la propiedad del hostal les ofreció un contrato laboral o incluso trabajo ilegal sin contrato en condiciones deplorables. Es más, a algunos de ellos les dijeron que ya que le estaban ofreciendo una habitación, tendrían que estar agradecidos y trabajar por ello. Se hace necesario resaltar que en situaciones de necesidad la presión por satisfacer lo más básico nos permite tolerar ofertas que en otras circunstancias identificaríamos claramente como extorsión y en ningún caso aceptaríamos.
Desde esta situación las personas declaran haber trabajado por muchas más horas de las acordadas, con insultos, amenazas y numerosos casos de maltrato laboral, además de no pagarles lo estipulado ni cumplir ninguna norma de prevención de riesgo laboral, especialmente importantes durante el estado de alarma para evitar contagios e impedir tener que acudir a un hospital o centro de salud por accidente laboral.
También han sido habituales los despidos improcedentes, incluso motivados porque las personas trabajadoras querían cumplir con las normas propuestas por el Gobierno de España para hacer frente al COVID-19, no correspondiéndose estas con las que manejaba y deseaba la propiedad del hostal. Cabe mencionar que en dicho hostal también residen niños menores, siendo alguno de ellos contratado por la propiedad del hostal de forma ilegal.
+ 2. Insalubridad
Asimismo, ninguna persona trabajadora del hostal cumplía con las normas de prevención de salud frente al coronavirus de distanciamiento social, uso de mascarilla, guantes, desinfección de superficies y espacios comunes, siendo muchas de ellas además usuarias del centro, y por supuesto no dando ejemplo para que ninguna persona usuaria lo hiciera. Muchas personas usuarias también declaran que las condiciones higiénicas del comedor eran pésimas, recibiendo comidas en mal estado y llegando a sufrir infecciones gastrointestinales por ello. Dicho hostal dispone de una piscina que ha permanecido abierta durante todo el estado de alarma, no sólo incumpliendo las normas dictadas para hacer frente al COVID-19, sino aún celebrando fiestas con alcohol, drogas, cachimbas compartidas, prostitución y ruidos hasta altas horas de la mañana, impidiendo el descanso y tranquilidad de las personas usuarias del centro y poniendo en riesgo la salud física y mental de todas las personas. Además, han ocurrido varias intoxicaciones por el pésimo estado del agua de la piscina, así como una intoxicación grave a uno de los trabajadores ilegales del hostal, con traslado al hospital por inhalación de gases tóxicos al realizar una mezcla explosiva de sustancias fuertemente irritantes de desinfección, al no tener conocimiento sobre el tema. Aunque la piscina fue precintada por la policía en una de sus visitas al hostal por incumplimiento, demandado por personas usuarias del hostal, las personas propietarias del mismo volvieron a abrir la piscina, incumpliendo la legalidad, y pidiendo además una entrada de 5 euros a cada persona que entraba.
También se ha permitido que más de 30 personas pudieran dormir en una misma habitación, e incluso que pudieran salir a la calle libremente del hostal durante el estado de alarma.
+ 3. Violación de derechos de los niños
Ahora, si han podido imaginar lo difícil e inadecuado que resulta vivir en estas condiciones para las personas adultas usuarias del hostal, intenten entender lo que puede suponer para personas menores, que también habitan en el hostal. Dichos menores han tenido que soportar ver problemas de adicción en personas, así como personas con problemas mentales, que continuamente entraban en conflicto, con peleas, ruidos y consumo de drogas en los mismos espacios en los que han vivido los menores. Una niña sufrió una intoxicación por el agua de la piscina y en el comedor no aceptaban excepciones de comida para los menores, a no ser que tuvieran un certificado médico de alguna alergia. Es por ello que denunciamos que no se vulneren los derechos de estos niños y niñas, que se han quedado fuera de los recursos y ayudas que deben tener servicios sociales especiales para las personas menores.
+ 4. Caso de trata de personas
Por último, cabe mencionar que además, a las mujeres trabajadoras y usuarias del hostal, aprovechando su condición de vulnerabilidad, se les ha ofrecido prestar servicios sexuales a otros usuarios del hostal a cambio de dinero, llegando así a casos de trata, intolerables en la sociedad que vivimos. Es por ello que necesitamos denunciar esta violación de derechos humanos, que han sufrido y siguen sufriendo personas en situación de vulnerabilidad en el Hostal Avda. De Andalucía de la ciudad de Sevilla, el cual tiene una subcontrata con las empresas: AOSSA, Fundación Atenea, Emvivesa, Grupo 5, UMIES, CECOP y COIS ANTARIS, derivadas como servicios sociales del Ayuntamiento de dicha ciudad para darle asistencia y ayuda, y mejorar su condición de vulnerabilidad. Sin embargo, como acabamos de demostrar a través de los testimonios recogidos, la estancia en dicho hostal está consiguiendo todo lo contrario, llevar a las personas a situación de mayor riesgo y exclusión social, con casos incluso de intento de asesinato y dos personas que se han suicidado. Cabe mencionar que todo ello, además, se realiza de espaldas a la sociedad, que miramos hacia otro lado, y no hemos sido capaces de visibilizar esta situación desde nuestras casas de forma privilegiada durante el periodo del confinamiento.